Distopía es un término que se utiliza normalmente como contraposición a Utopía. La segunda procede del griego y etimológicamente significa algo así como “no lugar”. Es decir, un lugar bueno que no existe, pero que sería ideal lo hiciese.
Una distopía, por lo tanto, es una representación ficticia de un mundo en el que se dan estados sociales y normalmente políticos de carácter negativo, llevando al extremo los defectos de una sociedad hasta conseguir un resultado por nadie queridos.
Este género relativamente nuevo y todavía no muy explotado, se ha cultivado en el arte, desde la pintura hasta el cine pasando por la literatura.
Precisamente es esta última, en la literatura, es donde más se ha trabajado. Existen tres novelas distópicas imprescindibles que incluyen todos los ingredientes típicos de este género. Hablo de Un mundo feliz, Fahrenheit 451 y 1984, de Aldous Huxley, Ray Bradbury y George Orwell, respectivamente.
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Temas habituales del género distópico
Las distopías suelen girar sobre las preocupaciones de una sociedad, por lo cual están íntimamente relacionadas con la época en la que se escriben. Estos son alguno de los temas más utilizados por los autores:
Política y autoritarismo
El miedo a un nuevo Estado represivo ha estado presente en la mayoría de las sociedades que en algún momento han sido democráticas. ¿Quién querría vivir en un régimen nazi?
Nosotros de Yevgueni Zamiatin es un ejemplo claro de este tipo de novela distópica. En él se hace referencias claras al régimen soviético previo y posterior a la “Gran Guerra”, como se conocía en el momento que se escribió a la Primera Guerra Mundial, y la Revolución del 17.
Hay un Estado autoritario único, en donde la felicidad es social y no individual. Los nombres han desaparecido y sustituidos por números. Todos deben obediencia al Bienhechor, el líder supremo del Estado.
Esta novela ha inspirado a otras muchas como 1984 de Orwell.
En los desposeídos de Ursula K. Le Guin también se habla de política, aunque desde una perspectiva más actual y en la que el régimen distópico no es totalitario sino anárquico.
Seguramente también te suene V de Vedetta, que antes de convertirse en una película fue una serie de comics ambientada en una Gran Bretaña fascista. El protagonista “V” se esconde tras una máscara de Guy Fawkes, un conspirador católico que intentó asesinar al rey Jacobo I. Ya sabes:
Canción con la que los ingleses recuerdan la fallida conspiración de la pólvora de 1605
“Remember, remember the fifth of November
Gunpowder, treason and plot
I see no reason why gunpowder treason
Should ever be forgo”…
Avances tecnológicos
Si te gustan las buenas series seguramente seas seguidor de Black Mirror, la obra de arte británica que ahonda en los efectos indeseados de la tecnología. Los protagonistas viven siempre en un mundo cercano, casi actual, en el que interactúan con dispositivos muy similares a los que usamos hoy en día.
El escritor ruso Isaac Asimov fue probablemente el mayor experto en distopía tecnológica. De su cabeza y de sus manos salieron obras tan célebres como “Yo, Robot”. En la que se dan a conocer las leyes de la robótica y que personalmente pienso que algún día se incluirán en las Constituciones de los países:
- Un robot no hará daño a un ser humano o permitirá que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
En la Pianola de Kurt Vonnegut los trabajadores humanos han sido sustituidos por máquinas, que además dirigen la sociedad. También Un Mundo Feliz sería un ejemplo de ello.
Distopías acerca del Patriarcado y feminismo
El llamado patriarcado, según la RAE “el predominio de la autoridad de los varones en una sociedad o grupo social” también es un elemento presente en la literatura desde hace años, aunque actualmente estay muy en boga.
The Handmaid´s Tale o El Cuento de la Criada en Español de Margaret Atwood, que se ha hecho internacionalmente famosa gracias a la serie de HBO, es su mayor exponente.
The Water Cure Sophie Mackintosh,
En Hazards of Time Travel de Joyce Carol, se representa un futuro en Estados Unidos de América en el que se enseña en la escuela que los hombres tienen un mayor coeficiente intelectual.
En The Water Cure de Sophie Mackintosh se habla de una masculinidad tóxica.
Y en Vox, a priori no hace referencia al partido político español, de Christina Dalcher un grupo ultraconservador consigue el control de la Casa Blanca y del congreso obligando a las mujeres a convertirse en amas de casa. Cuanto menos es curiosa la elección del nombre. Una distopía muy temida, desde luego.
Fin del mundo, cambio climático y época postapocalíptica
¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! Una novela en la que el escritor Harry Harrison se centra en las consecuencias del crecimiento incontrolado de la población.
Cibertormenta Apocalíptico de Matthew Mather, La Guerra de los Mundos de George Wells o el Planeta de los Simios de Pierre Boulle encajarían a la perfección en esta categoría.
Como has podido comprobar, la distopía mezcla una gran cantidad de subgéneros que nos ayudan a comprender los peligros que acarrear nuestras decisiones y actitudes.